DESINFECCIÓN DE AGUA MEDIANTE RADIACIÓN DE LUZ ULTRAVIOLETA
Una buena alternativa a la desinfección de agua mediante productos químicos es la desinfección mediante radiación de luz ultravioleta que puede servir de complemento a la anterior o en ocasiones sustitutiva.
La lista de ejemplos puede ser más extensa, pero podríamos comentar al menos los siguientes casos:
- Si acumulamos agua en un depósito y el tiempo que tarda en consumirse hasta el punto terminal de uso no es inmediato y por tanto es susceptible de contaminación, puede ser una solución de refuerzo muy efectiva.
- También, en aquellos lugares donde por su ubicación no llega una acometida agua de red municipal ya tratada y por tanto desinfectada, contando con agua subterránea o aporte en vehículos, puede resultar interesante esta tecnología.
- Por último, y solo a modo de casos posibles, las limitaciones de espacio o limitaciones de uso de producto químico como el cloro, por las características intrínsecas del proyecto o el propio proceso industrial, nos llevan al uso de luz U.V. para la desinfección.
En cualquiera de los casos estamos hablando de algo tan importante como el consumir agua con garantías de desinfección y reducir al mínimo el riesgo de contaminación y posibles enfermedades.
Los equipos de radiación U.V. emiten normalmente con una longitud de onda de 254 nm próxima al máximo de absorción del material genético de las células. Por tanto, al irradiar con esta longitud de onda el ADN y ARN de las células, se produce una reacción fotolítica y fotoquímica que origina la ruptura de la cadena nucleica y desorganización creando nuevos dímeros de bases nucleicas. La formación de un número suficiente de dímeros en un microorganismo impide su replicación y por tanto su reproducción.
Este cambio de estructura en el material genético hace inservible sus funciones metabólicas y reproductivas, en decir hemos “minado su sala de máquinas”, haciendo a las células presentes en el agua, improductivas.
Como bien es sabido el ADN, donde se alojan los genes, es la estructura celular de la que se producen todas las proteínas gracias al ARN, tanto las estructurales para su propia arquitectura y crecimiento, como las funcionales que participan en todas las rutas metabólicas.
La desinfección es por tanto, realizada por medios físicos, no químicos, que al actuar directamente sobre el material genético, no solo desactiva la actividad de organismos multicelulares como protozoos o bacterias unicelulares presentes en el agua, sino que amplía su espectro también a los virus, donde muchos desinfectantes químicos aptos para el uso en agua de consumo humano no llegan a ser efectivos.
La producción de luz se genera a través de lámparas ultravioletas alojadas en un pequeño reactor, normalmente de acero inoxidable fácil de intercalar en la tubería, por el que transita el agua a desinfectar que debe tener una calidad mínima de transmitancia (capacidad del agua a ser atravesada por la luz) para llegar a incidir en todo el volumen del reactor.
Para alcanzar la desinfección se requiere una dosis mínima que según recomendaciones de normas europeas o americanas, está entorno a los 300 a 400 J/m2, muy superiores a las necesarias de inactivación de bacterias y virus. El tiempo de residencia dentro del reactor es otro factor a tener en cuenta que está relacionado directamente con el caudal admisible de agua en cada equipo a seleccionar y con la propia dosis.
Concluimos esta nota que si bien la desinfección química es interesante ya que deja un valor residual de producto químico que puede durar varias horas, surgen ocasiones que no pueda utilizarse y se sustituya o se complemente con la instalación de equipos de radiación ultravioleta.